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Aceptación Radical de la Realidad, Quién Soy y Dónde Estoy

Escribo este documento como punto inicial de lo que espero sea un salto adelante en mi vida, que ha descarrilado en varios sentidos .... En particular en el aspecto emocional, social y de la asunción de responsabilidades que me toca como hombre adulto con un pasado que no puedo ignorar.

La idea es definir exactamente quién soy y dónde estoy, para poder tomar decisiones y pedir consejo a quienes puedan servirme de inspiración para saber por dónde dirigir mi vida, sin recurrir a discursos ni conjuntos de valores y recomendaciones genéricas que no sirven de aplicación para mí.

Una pequeña biografía

De pequeño era el típico empollón neurótico e introvertido obsesionado con las notas y los ordenadores, siempre en mi mundo y con claros síntomas de lo que ahora sería considerado alguien con algún tipo de Asperger (me diagnosticaron trastorno obsesivo compulsivo y de ansiedad generalizado). Listillo, perfeccionista, sin capacidad de disfrutar ni de hacer disfrutar a otros. Cero amigos, por supuesto.

A los 15 años me dí cuenta de las consecuencias de mi forma de ser y del “extraño” ambiente en mi familia. Estaba solo, no era capaz de tener una conversación normal ni de jugar a nada. Completamente desconectado de la gente, sin cultura, sin habilidades sociales básicas ni deportivas y con un estatus social nulo. El resto de mi vida desde entonces ha estado dominado por el convencimiento de que “estaba roto” y el miedo a quedarme solo. Siempre observando a mi alrededor y a la gente a ver qué hacían y cómo vivían para intentar “ponerme al día”.

También tuve épocas muy oscuras cuando mis estrategias para parecer una persona distinta (alguien “popular”) a la que realmente era se fueron a la mierda

A pesar de todo conseguí hacer amigos allí donde estuve, aunque mis relaciones fueran superficiales y no sostenibles en el tiempo.

Mi primera mujer y mis dos hijas

Conocí a una chica que se enamoró de mí, me casé y tuve dos hijas. Mi vida fue fácil, con la ayuda de mi familia y centrado en el trabajo y en mis escasas relaciones sociales. Me obsesioné con el Linux y volví de nuevo a ser un friki de los ordenadores.

A los 37 años me vi bastante bien físicamente. Nunca me había fijado pero resulta que era hasta un chico guapo. Hace 8 años, con un matrimonio bastante gris y viendo todo lo que me había perdido en mi vida por mi estilo de vida solitario y mi carácter obsesivo, decidí abandonar a mi familia en busca de experiencias, del éxito social y sexual que creía a mi alcance.  El resultado es que me convertí en un capullo. O más bien, ya lo era, sólo que con dinero, con un montón de ideas cogidas de observar a  gente interesante que conocía y de los discursos de seducción y desarrollo personal que veía en Internet, las ganas de nuevas experiencias y el valor que ahora sí tenía, se hizo evidente.

Resultó que el "niño bueno" no había sido nunca honesto. Toda su vida eran “estrategias” para huir de un vacío enorme y del miedo a la desconexión y la soledad.

Confundí enamoramiento con amor, miedo a la soledad con voluntad de compromiso. Cuando entendí mis emociones abandoné a mi familia. Caí en el victimismo y el postureo. También crecí como nunca, entendí lo que es el deporte en equipo, compartí momentos con muchos hombres y mujeres sanos y conocí a más de una mujer. Hubo muchas cosas buenas pero me “olvidé” de mis responsabilidades. 

Crisis de los 40 y abandono de mi familia

Dejé a mi mujer en nuestro piso, con nuestro coche y con una pensión que no ha faltado ningún mes. Aunque le he provocado sin duda un enorme sufrimiento, por quedarse sola con dos niñas, una de ellas de sólo unos meses, en lo material no les ha faltado de nada. Digamos que cogí unas “vacaciones” de mi vida para intentar alcanzar lo que siempre había deseado: crecimiento personal, vínculos reales con otros hombre, estatus social y sexo con mujeres guapas.

Mi segunda mujer

Desde hace casi 6 años convivo con otra mujer, que también tiene dos hijas. Al igual que la primera, la conocí en una fiesta. Ella tiene 5 años más que yo y la relación que tengo con una de sus hijas es “tensa”. Digamos que nuestra relación es realmente complicada, y ha habido de todo.

Cuando estaba sólo mi vida era un caos, casi sin dinero, con ayuda económica de mis padres, viviendo en un piso compartido, con un carácter y un estilo de vida infantil y caprichoso, más propio de un adolescente que de alguien de casi 40 años.  Una vida social que giraba entorno a la gente que conocía de un gimnasio cercano, y con relaciones superficiales. De nuevo, un personaje. 

Al principio con esta mujer conocí a un montón de gente, sus amigos, y pasamos buenos momentos y me acerqué de nuevo a mis hijas.  Ahora mis hijas vienen un fin de semana de cada dos con nosotros. 

Tengo muchas dudas sobre la viabilidad de esta relación. La alternativa, la verdad, da miedo. No me veo empezando de nuevo una nueva relación con un mínimo de garantías. Creo firmemente que soy el imbécil más grande del mundo, en cuestión de mujeres y de relaciones humanas e inteligencia emocional en general.

Madurez y abandono de las fantasías

Se acabaron los juegos. Con 45 años, más vale tarde que nunca, es hora de hacerse hombre: aceptar radicalmente mi pasado y mi realidad, ser honesto conmigo mismo y con la gente que me quiere y tomar decisiones, ser el mejor padre que pueda ser a pesar de todo y de convertirme en alguien que aporte.

Quiero convertirme en un hombre adulto, con todo lo que eso significa: tener personalidad, saber estar, adquirir responsabilidades y compromisos, saber quién soy y dónde estoy, y distinguir entre proyectos realistas y fantasías. Y sin convertirse por el camino en alguien triste y gris, 

Ahora veo que no he entendido nunca de qué va la vida, ni en el trabajo ni, sobre todo, en las relaciones personales y con las mujeres. He tenido una vida demasiado fácil en muchos aspectos.

De pequeño no entendía cómo hacer amigos y de hecho escapaba de las situaciones sociales, no entendía todo lo que me estaba perdiendo encerrado en mi habitación y mis obsesiones. 

De joven no entendía por qué los demás tenían una vida social y sexual animada, ni cómo vivían, cómo el desarrollo de múltiples habilidades y aficiones les proporcionaba personalidad y capacidad para ser amados y respetados

De adulto joven no entendía que era el momento de darle caña, de trabajar duro y de crear una red social y profesional y de crecer como persona tanto a nivel emocional y físico. Bueno, sí que lo entendí, pero sólo en lo relativo al trabajo. Fuí un desequilibrado.

E intentando recuperar el tiempo perdido la he cagado.

Qué sentido tiene que a mi edad esté con dudas vitales propias de alguien de 25 años, con tiempo y opciones. Dice mucho sobre mi carácter caprichoso e inconsistente y falta de madurez en general.

Me han faltado referentes claros de hombres capaces de gestionar adecuadamente sus vida. Y cuando los he tenido no he prestado suficiente atención. 

¿Y ahora qué hago? Miedos actuales

Toca evitar que las fantasías destruyan mi vida y dejen detrás de mí una estela de gente decepcionada y niños desatendidos, dejar de ser un Peter Pan.

He montado un negocio y ha quebrado. Toca disolver la empresa tratando de recuperar lo máximo posible y establecer una estrategia adecuada y realista para pagar las deudas.

Más allá del Covid, que es una situación anormal, toca aceptar la realidad, que YA NO SOY JÓVEN. Soy

  • Padre, de dos niñas de 8 y 14 años,
  • Hijo de padres ya muy ancianos, aunque por el momento independientes
  • Hombre heterosexual de 45 años, con un pareja de 50.
  • De clase media baja
  • Como profesional competente, pero no especialmente brillante
  • Sin habilidades sociales ni deportivas ni culturales. Con alta inteligencia analítica pero ignorante de la realidad social y emocional lo que me lleva a interpretaciones erróneas. En más ocasiones de las oportunas intransigente, obsesivo y perfeccionista.
  • De buena salud y un físico que, sin ser gran cosa, tampoco está mal. 

Y sabiendo esto tener claro que:

  • Nunca formaré parte destacada de un equipo deportivo masculino, al menos al nivel que veo en compañeros míos más jóvenes y sin hijos
  • Nunca seré jefe de proyecto, ni ingeniero destacada de una empresa, al menos a corto o medio plazo
  • Nunca tendré un estatus social alto
  • Nunca ligaré con chicas jóvenes y atractivas, si no hay dinero de por medio
  • Nunca me convertiré en el alma de la fiesta, ni desarrollaré habilidades sociales o artísticas destacadas
  • Nunca tendré un cuerpo realmente atractivo, ¡en cinco años seré un cincuentón!

Todas las ideas que se me ocurren conducen inevitablemente a un panorama social y emocional deprimente. 

  • Si progreso en mi trabajo a base de trabajo duro, que es delante de un ordenador, mi ya escasa vida personal, emocional y social se irá a la mierda. Corro el riesgo real de convertirme en un viejo solitario y amargado
  • Si me quedo donde estoy viviré el resto de mi vida tal y cómo estoy ahora. Seguro que veo las cosas peor de lo que están pero bueno.
  • No tengo ni idea de cómo podría hacer amigos, de forma natural y auténtica. A los 45 años la gente ya tiene la vida hecha y no lo veo, la verdad. 

Algunas preguntas que necesitan respuesta

¿Cuál debería ser mi actitud con mi primera mujer? ¿En qué medida podría reparar el daño hecho evitando por otro lado abusos?

¿Soy un pringado que está aceptando cosas que no debería aceptar  por estar dónde estoy? ¿Es mi relación una relación dependiente?

¿Qué debería hacer como hombre para dejar de ser un capullo? ¿Cuáles serían los enfoques lógicos para mi vida en los aspectos financiero, social, de salud y moral?

¿Qué sentido tiene el vacío que he sentido toda mi vida? ¿Y qué cambios tendría que hacer en mi estilo de vida, compatibles con mis responsabilidades, para crecer y llenarlo?

¿Qué puedo hacer para tener una relación satisfactoria conmigo mismo y, si interesa, con las mujeres?

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Manu GO

Cuando una persona se abre así se merece una atención y una respuesta más amplia. Desde luego no soy nadie para dar consejos, simplemente puedo ofrecer comprensión y un punto de vista externo. Prometo responderte como se debe, pero por ahora solo decirte que el pasado es pasado y poco podemos hacer con él más que aprender de los errores y sentar las bases de un buen autoconocimiento...no te juzgues tanto, disfruta de lo positivo que tienes a tu alrededor que seguro que es mucho, y mira dentro de ti que seguro están creciendo grandes virtudes. Un abrazo.

Como te dije hace un par de días, creo que tu esfuerzo y tu sincero post Aceptación Radical de la Realidad, Quién Soy y Dónde Estoy, necesitaba una respuesta mayor que la que te hice el otro día después de leerlo.

Tan sólo escribirlo supone un viaje de autoconocimiento, que, si bien genera muchas preguntas, forma parte de la manera de poder conocerse mejor. Creo que como ingeniero que somos, aunque de áreas diferentes, nuestra manera de pensar analítica nos genera a partes iguales ventajas y desventajas, siempre he pensado que pensar en exceso es bastante problemático, pero a veces, hay que sacar papel y pluma, o teclado, y poner encima de la mesa las cuestiones de la vida, es totalmente necesario y recomendable.

Como te dije en la anterior respuesta no soy nadie para dar consejos, tan sólo puedo ofrecer comprensión, alguien que escucha con atención y un punto de vista externo, que dentro de la subjetividad que pueda darle, puedes o no sacarle punta a lo que podamos decirte.

Tenemos más o menos la misma edad, creo que eres un poco mayor que yo, pero nuestros caminos han seguido trazas parecidas, simplemente mis tiempos han sido diferentes. Creo que te he leído en algún foro comentar que todo esto del PMO forma parte de una manera de exteriorizar deficiencias en otros aspectos de nuestras vidas y estoy de acuerdo. Quizás yo meta en el saco del PMO lo concerniente a las salidas, fiestas, sexo a full, etc. Son todas las cosas que meto en el saco de cosas que hacemos que nos sacan del equilibrio de vida, tu bien dices en tu escrito “fui un desequilibrado”. Creo que la sociedad donde nos hemos criado nos ha fortalecido la falta de madurez con ciertas cosas, sobre todo con las que tienen que ver con pensar un poco más fuera de lo que es socialmente o no correcto, y no saber distinguir aquello que nos hace fuerte como personas, que puede o no ser lo mismo para dos personas diferentes. A todas estas directrices prefijadas por el marco social las he llamado durante muchos años “esquemas infantiles”, esquemas que nos traemos de la infancia o adolescencia a nuestra edad adulta.

Creo que un paso importante es saber aceptar la realidad y saber aceptar que el pasado no volverá y que por suerte o por desgracia, las decisiones que tomamos fueron las que fueron y nos han llevado a nuestro actual punto en el camino, da igual la edad que se tenga, hay que ir marcando rumbo ahora. Para mi el año del COVID19 ha traído muchas cosas buenas, muchas, una vida más a mi casa, el saber poner encima de la mesa que es importante y qué no, el valorar a los que me rodean, amigos y familia, y muchas malas a nivel laboral, a nivel psicológico, a despedirme de amigos que no volverán, otras cosas que también forman parte de nuestra vida y que seguirán formando parte del equilibrio entre lo positivo y negativo.

¿Y qué hago ahora?, te preguntas. Pues, para empezar, vivir y disfrutar de tu vida con mayor consciencia, que no es poco…los miedos. Es normal tener miedo, mientras no te paralice ese miedo, o te haga irte por el camino del PMO para evadirte. El miedo es como una maleza densa, sabes que el camino está al otro lado de esa maleza, quizás prefieras tirar por el camino sin maleza (cargado de PMO y Dopamina), pero sabemos que hay que cruzar esa maleza y que el miedo te araña, te retrasa, te asusta el no ver que hay más allá, pero ese es el camino, avanzar hacia el rumbo que te has marcado por más miedos que te ralenticen. Muchas preguntas por querer darle respuestas, yo por mi parte te digo lo que pienso:

  • Simplifica. Ataja los problemas en pequeñas cápsulas, objetivos alcanzables y medibles, sin ahogarnos en grandes metas. No se puede dispersar la energía entre tantos frentes abiertos, más aún cuando hay muchos de esos frentes que no depende solo de tu acción y que dependen de la suerte.
  • Trabaja en algo que te motiva, pero que no te absorba como persona, que permita pagar facturas y te permita vivir, estás cualificado y preparado para eso, y se te intuye una persona inteligente, no tendrás problema. Hay que saber diferencial lo profesional de lo laboral, te lo dice uno que ha aprendido eso en pandemia y que lo tiene claro para el futuro.
  • No hace falta competir ni destacar en un deporte para disfrutar de la esencia de este y del bien que te hace física y mentalmente, disfruta de eso.
  • Padres mayores y vivos, que te quieren y te aceptan da igual cual sea tu situación, ellos están ahí y están cerca de ti. Bésalos, abrázalos, sorpréndelos, quiérelos.
  • A nivel de pareja, es una cuestión muy muy muy personal. Pero sea cual sea la situación, la sinceridad hacia ellas, tu actual y tu expareja, siempre debe partir de una sinceridad de ti mismo. Para estar a gusto con otras personas, primero debemos estar bien con nosotros mismos. Da igual que tu actual pareja sea una maravillosa persona, sino estás bien, no terminarás de estar bien con ella. Tendrás que analizar tus sentimientos y tus emociones (cuidado que a veces nos engañan las emociones), y saber que quieres para ti y que te aportan ellas.
  • Lo que si tengo claro es que tienes dos soles de 8 y 14 años que deben ser los pilares de tu vida personal. Desde un punto cuantitativo, el trabajo debería ser un 33% de nuestro tiempo, 33% para dormir, y el resto de 8 horas del día, deberías dejarles a ella al menos 3 horas de tu tiempo, que es mucho tiempo libre personal pero que es algo necesario reforzar los vínculos y como tu dices ahí…”ser padre”, se ejemplo, se apoyo, escúchalas, promételes y cúmplelo, y sobre todo, estar ahí con ellas.
  • Descansa, haz de porte, ama de corazón a la gente que te quiere y te rodea, aporta sabiduría y conocimiento de tu experiencia a quien quiera ser ayudado (como haces aquí y en Telegram), no te fustigues por el pasado, no aporta nada, tu vacío pasado se irá llenando con las cosas positivas que empiezas a germinar, olvídate de lo social, y céntrate en tu interior para que disfruten de tu mejor versión quienes te rodean. Sigue por el camino que has emprendido que solo pueden traerte cosas positivas, de verdad.

Por último, te dejo unos versos que seguro conoces pero no por ello no son menos ciertos: No importa cuán estrecho sea el camino, ni cuántos castigos lleve a mi espalda, Soy el amo de mi destino, Soy el capitán de mi alma “William Ernest Henley”

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junUn Jose furioso

Como decía en el grupo, consejos directos y claros. Lo que hace falta. Muchas, muchas gracias!

Seguiré dándole vueltas a todas mis movidas durante un tiempo, pero más pronto que tarde tendré que aclararme y tomar decisiones. Tomo buena nota de lo que me decís y de lo que me dicen y dirán otras personas. Ser hombre es, entre otras cosas, enfrentarte a tus propios éxitos y fracasos, coger tus miedos y problemas, serios o no e ir a por ellos.

A estas alturas de mi vida en vez de hacer planes de grandes cambios será más lógico hacer cambios pequeños y constantes en la dirección adecuada, y cerrar aquellos episodios del pasado que haya que cerrar. Fácil de decir pero muy difícil de llevar a la práctica. Pero necesario.

De nuevo, muchas gracias por tomarte tanto tiempo en contestarme.

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